Estas
discordias civiles produjeron para los realistas las más desastrosas
consecuencias. El virrey se vio en la necesidad de disponer que sus tropas
evacuaran la ciudad de Lima y se retiraran hacia Jauja. Los realistas
acantonados en este valle, llegaron a contar cerca de 9000 hombres
perfectamente disciplinados.
Bolívar,
mientras tanto, engrosaba su ejército con toda actividad. Recibió refuerzos de
tropas de Colombia, impuso contribuciones, exigió empréstitos y donativos, y
pagó a sus soldados una parte de su sueldo.
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