Arenales, a espaldas de Lima,
sublevaba los pueblos de la sierra y cortaba a los realistas toda comunicación
con el interior. La Serna comprendió que era imposible sostenerse por más
tiempo en la capital.
En los primeros días de Julio, La
Serna y sus tropas evacuaron a Lima. El virrey abandonaba la opulenta ciudad en
son de fuga, y emprendía su marcha hacia la sierra (6 de julio de 1821).
La entrada de Lima quedó completamente
expedita para el ejército patriota. El 12 de Junio hizo su entrada San Martín,
sin la menor ostentación. Queriendo que el mismo pueblo peruano decidiese de su
propia suerte, dispuso que se celebrara un cabildo abierto al que debían
concurrir todos los vecinos notables, a fin de que resolvieran lo que debía
hacerse, los que acordaron que era urgente declarar la independencia absoluta
del Perú (15 de Julio). La proclamación solemne se verificó el 28 de Julio.
Pocos días antes, San Martín había mandado arrancar todos los escudos de armas
de España que adornaban los edificios públicos de Lima.
Hecha esta declaración, era urgente
crear en Lima un gobierno que tomara la dirección de los negocios
administrativos, San Martín habría querido tal vez conservar sólo el mando del
ejército, pero la revolución peruana no había producido todavía ningún hombre
que se encontrase a una altura conveniente para ser elevado a la primera
magistratura; y por un decreto de 3 de Agosto, tomó él mismo el título de
Protector del Perú, y nombró los ministros de estado.
Por los primeros actos de su
administración, declaró que toda persona nacida en Perú era libre, y aun los
hijos de esclavos; suprimió la mita, o impuesto de trabajo que pesaba sobre los
indígenas, y el derecho de capitación o impuesto de dinero que estaban sometidos;
creó una biblioteca nacional de Lima, y mandó abrir escuelas de ambos sexos.
San Martín, además, dictó mil medidas de policía, y persiguió el juego con
singular tesón.
OK
ResponderEliminaraya mano
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